Ante la muerte de Néstor Kirchner
Respetamos el dolor que sienten amplios sectores de trabajadores y el pueblo por su desaparición. Ellos identifican al ex Presidente con determinadas conquistas como las anulaciones de las leyes de impunidad a los genocidas y la vuelta a las negociaciones paritarias.
El PTS considera que esas conquistas fueron el producto de la lucha del pueblo argentino y de la necesidad de la clase dominante en general, y del peronismo en particular, de contener y desviar el proceso abierto con el levantamiento del diciembre del 2001, donde millones exigían “que se vayan todos”. Basado en un ciclo económico internacional favorable, Néstor Kirchner, que asumió con el 22% de los votos, pudo recomponer el poder del Estado burgués y en especial la autoridad de la institución presidencial.
Pero en realidad, lo que hoy oculta el impacto de su muerte temprana, es que estas conquistas parciales se dieron en el marco de fabulosas ganancias empresarias producto de la enorme transferencia de ingresos generada por la devaluación del 2002, y no lograron revertir lo esencial de la herencia reaccionaria dejada por la dictadura genocida y reforzada por el menemismo.
El reciente asesinato del joven militante Mariano Ferreyra por apoyar a los trabajadores ferroviarios en lucha, dejó al desnudo que el 50% de la clase trabajadora sigue en condiciones de trabajo esclavo, tercerizados, contratados o en negro. Esto fue posible porque Néstor Kirchner se apoyó en Moyano y la burocracia sindical dándole algunas conquistas a los trabajadores sindicalizados, dejando librado a su suerte la mayoría asalariada.
Por su parte, en estos años se desarrollaron juicios amañados a un puñado de genocidas, dejando en pie el núcleo central de las fuerzas represivas estatales. La desaparición de Jorge Julio López es una muestra de ello.
Las grandes patronales del campo y de la industria, con su codicia insaciable, quieren avanzar aún sobre las conquistas que se han conseguido en los últimos años de crecimiento económico y ganancias capitalista excepcionales. La burocracia sindical no es ninguna garantía ni siquiera en defender esas conquistas y menos aún terminar con la superexplotación de los asalariados. Por el contrario, se muestran como agentes de las patronales y de sus propios negocios como evidenciaron las patotas asesinas de la Unión Ferroviaria.
Mientras Hugo Moyano y el resto de la dirigencia de la CGT han declarado su apoyo incondicional al gobierno de Cristina Fernández para garantizarse la impunidad de sus crímenes y negociados, el PTS sostiene que en el desarrollo del sindicalismo de base para recuperar los sindicatos expulsando a la burocracia de nuestras organizaciones obreras y en la lucha por un partido de los trabajadores independiente de todos los bandos capitalistas, están las palancas para defender las conquistas y avanzar contra este sistema de explotación y opresión.