jueves, 15 de abril de 2010

Unificar la fuerza obrera para atacar la ganancia capitalista

Unificar la fuerza obrera para atacar la ganancia capitalista

Fecha: Jueves 15 de abril de 2010

Los debates por el canje y el uso de las reservas, por el impuesto al cheque o el valor del dólar, llenan las tapas de los diarios. Los distintos sectores empresarios ven una oportunidad de negocios, confirmada en estos primeros meses con el repunte de sectores clave como el automotriz y la siderurgia, la agroindustria o las finanzas. La discusión sobre el reparto de la torta, obscena ante los millones que no llegan a fin de mes, se da en medio de las paritarias.

La burocracia sindical amaga con dar números, dice que los empresarios son responsables de los aumentos de precios, pero nadie cuestiona un esquema donde los salarios siguen perdiendo no solo ante la inflación, sino ante el aumento sostenido de las ganancias empresarias.

Salarios versus ganancias

Los obreros de Fel Fort dicen con bronca: “El huevo de Pascua que el año pasado costaba $11 está a $36 y los salarios siguen estancados. Ricardo Fort paga anillos de 800 dólares, gasta 4 mil dólares en una noche, a costa de nuestro trabajo”. Los aceiteros de Rosario la explican clarito. “Cargill factura 8 mil millones de pesos anuales y sólo destinan menos del 1 % de esa facturación al costo laboral. Tenemos al 70 % del personal tercerizado”.

Las discusiones se vienen dando en cientos de lugares de trabajo. Con la recuperación económica, los trabajadores producimos cada vez más toneladas de chocolates, de autos o cereales, y ni siquiera hemos podido recuperar el salario real –el poder adquisitivo– que teníamos antes de la crisis de 2001.

Pero como planteaba Marx: “ni el salario nominal (…) ni el salario real (…)agotan las relaciones que encierra el salario. El salario se halla determinado, además y sobre todo, por su relación con la ganancia, con el beneficio obtenido por el capitalista: es un salario relativo, proporcional (…) Puede ser que el salario real continúe siendo el mismo e incluso aumente, y no obstante disminuya el salario relativo”1.

Y con el “modelo” de los Kirchner, no solo el salario real esta por detrás del existente antes de la devaluación, sino que ha venido cayendo, todavía más, en relación al aumento de las ganancias empresarias. Cada vez los patrones se quedan con una porción más grande de la riqueza generada por los trabajadores.

Como denuncia el trabajo “El salario relativo en la Argentina de la devaluación”, “si se considera el acumulado de rentabilidad de las 500 principales empresas para todo el período 2000-2006, el salario relativo ha disminuido comparado con el acumulado de un período que registró años de fuerte crecimiento económico y similar en cantidad de años, tal como el que va entre los años 1993-1999”2. El estudio demuestra además que la tasa de explotación arrojó un promedio de 69% durante el período de Menem, pero de 130 % en el período kirchnerista.

La consecuencia más evidente de esta tendencia es un empobrecimiento de la clase trabajadora en relación a los capitalistas. Para tomar un elemento, el de la ‘distribución de la torta’, hoy la clase obrera se queda con el 28 % de la riqueza producida en el país, menos que durante el menemismo, y mucho menos que el 50 % que se quedaba en 1975, antes del golpe militar. El salario, pese a los aumentos, está en uno de sus puntos históricos más bajos con respecto al producto y las ganancias.

Como festeja La Nación, “en 2009 hubo más ganancias a pesar de la crisis: de acuerdo con el Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), las ganancias de las empresas que cotizan en Bolsa crecieron en un 51,7% con respecto a 2008. Del informe, que contempla los balances de 53 de las principales compañías del país, se desprende que los diversos sectores sumaron utilidades por $ 7300 millones”. Buena parte de estas empresas son multinacionales a las que Cristina les habló en el discurso en la Cámara de comercio de EE.UU.

Las ventajas que el actual esquema económico le proporciona a las patronales han sido conseguidas, en buena medida, gracias a la división de la clase trabajadora. Consumada en la década del 90, esta ha permitido la existencia de trabajadores efectivos, contratados, en negro y desocupados, divisiones utilizadas para abaratar el valor de la fuerza de trabajo.

Las direcciones sindicales de la CGT y la CTA aceptan como “natural” este esquema del que han sido cómplices, firmando cientos de convenios que permitieron la precarización y la flexibilización laboral. Hoy, a lo sumo, presionarán por unos puntos más en las negociaciones paritarias.

El sindicalismo de base

A diferencia de la burocracia sindical, hay otros sectores que han venido mostrando otra perspectiva para la clase trabajadora. Las grandes fábricas de la alimentación, Kraft, Pepsico y Stani, que involucran a casi 5000 trabajadores de la zona norte del Gran Buenos Aires, se han convertido en un punto de referencia para todo el gremio, plantando bandera contra la dirigencia de Daer. En el gremio metalúrgico, envuelto también en el proceso paritario, el descontento en la base obrera aumenta. En el plenario de delegados de Quilmes, la propuesta del Secretariado fue rechazada y se votó una exigencia de aumento del 40%.

En la Capital, los trabajadores del subte retomaron el plan de lucha con la apertura de molinetes, y discuten la realización de paros si no obtienen respuesta. La pulseada contra UTA, Metrovías y el Ministerio de Trabajo de los Kirchner, por el reconocimiento de su nuevo sindicato basado en el cuerpo de delegados de base, se ha reabierto.

En Tucumán, varias rutas fueron cortadas por los cosecheros y embaladores del citrus pertenecientes a la UATRE, cuyo dirigente Gerónimo Venegas es un “amigazo” de las patronales agrarias, que ahora reclaman por la devaluación. Allí, la patronal gana fortunas a costa del trabajo en negro e infantil, y encima pretende otorgar aumentos en cuotas por debajo del 30%. Pero los trabajadores le hicieron frente a los dirigentes obligándolos a tomar medidas de fuerza, impulsados por la organización democrática y combativa de la fábrica Citrusvil.

Estos ejemplos destacan el surgimiento de nuevos actores, y la fuerza que va tomando la organización de base, las comisiones internas y los nuevos delegados. Se retoma así una tradición histórica del movimiento obrero, que con organizaciones de este tipo supo ponerle freno a la prepotencia patronal, un límite a la ganancia capitalista. Este proceso tiene condiciones para desarrollarse, asentado en el extendido repudio y la bronca hacia las direcciones sindicales.

Hay que fortalecer estas organizaciones y extenderlas a todo el movimiento obrero, y sobre esa base pelear por corrientes clasistas al interior de los sindicatos. Las paritarias son un terreno propicio. Como dicen los clasistas de Kraft, eligiendo delegados paritarios en la base, votando los reclamos en asamblea para romper los topes que quieren imponer los empresarios y la burocracia sindical. Pero sobre todo, la elección de delegados y la recuperación de las comisiones internas de manos de la burocracia, abre un camino para empezar a dar una respuesta al gran problema que afecta hoy a la clase trabajadora, su fragmentación. Para conquistar organizaciones que representen a todos los trabajadores en cada fábrica y establecimiento laboral, que unan a todos los trabajadores, efectivos, contratados, en blanco o en negro. Para poder luchar en serio por las reivindicaciones de todos. Más salarios para cubrir la canasta familiar. Trabajar menos: no más de 8 horas y 40 horas semanales. Trabajar todos: en blanco y sin ningún desocupado.

Son las banderas de lucha, en este nuevo aniversario del 1º de Mayo.

Encuentro de trabajadores de Zona Norte

La Comisión Interna de Kraft Foods invita a todos los trabajadores, delegados e Internas antiburocráticas a un Encuentro de Trabajadores
El sábado 17 a las 16 hs en la Escuela Media 2
de General Pacheco, Jujuy 280 a dos cuadras de 197.

Hacemos este Encuentro en momentos donde nuestro gremio se encuentra reclamando salario en las paritarias. La dureza de las empresas contrasta con la política de la dirección del STIA que se limitó a llamar a un paro de una hora por turno el martes 30, otro de dos horas el viernes 9 y a una movilización.
Frente a esto tanto en Kraft, como en PepsiCo y Stani-Cadbury, se votó en asambleas la necesidad de que se organice de forma democrática un serio plan de lucha. También que existan paritarios votados en asambleas o veedores que puedan ir a las negociaciones. Son las tres principales fábricas del gremio y sus resoluciones son parte de un repudio a la dirección de Daer más generalizado que lo vemos cuando llegamos y hablamos con compañeros de decenas de otras fábricas de la Alimentación. En los tres cortes que hicimos en común Kraft y PepsiCo pudimos mostrar que existe otra política para el gremio y que se desarrolla una oposición fuerte que se propone recuperar el Sindicato para los trabajadores.
El "efecto Kraft" en el gremio de la Alimentación se expresa en el fortalecimiento de una oposición que se extiende, en rebeliones como la de los compañeros de Felfort como también en los procesos de lucha que se dan en Arcor, tanto en Salto como en Córdoba.
Un objetivo que tenemos en este encuentro es reunir compañeros de distintas fábricas de la Alimentación para discutir como seguimos desarrollando una fuerte oposición a Daer que se proponga organizar a cientos de compañeros en las fábricas.

En segundo lugar vemos necesario establecer entre los trabajadores antiburocráticos, combativos de la Zona Norte, unidad y coordinación. Necesitamos la unidad de las internas, delegados y trabajadores independientes de los dirigentes de la CGT y la CTA.
En el conflicto en Kraft fue vital contar con la solidaridad de las internas de la zona que se acercaron desinteresadamente y de cientos de trabajadores y estudiantes. Los ataques van seguir este año contra los sectores independientes porque la burocracia sindical, el gobierno y las patronales quieren desprenderse de los dirigentes y trabajadores que se basan en las asambleas y enfrentan los ataques empresarios. Existen juicios de desafuero en FATE y en Kraft, despidos persecutorios en CAT y hubo despidos en el Ríoplatense y Bosch. Para enfrentar estos ataques y coordinarnos para luchar por nuestras reivindicaciones vemos necesario un Encuentro donde establezcamos una unidad de apoyo mutuo entre los trabajadores antiburocráticos y contar con el apoyo compañeros desocupados y de los estudiantes, que hoy son procesados por habernos apoyado y que fueron tan importantes en el conflicto del 2009.

Por último queremos plantearnos nuevos objetivos. Se acerca el 1 de Mayo, día Internacional de los Trabajadores. Creemos que tenemos que levantar nuestra voz para que conozcan todos los obreros de la zona y si es posible del país la Historia de nuestra clase, la lucha heróica dada hace ya más de 120 años por las 8 horas. Hoy en muchas fábricas, no contamos con el mínimo derecho a trabajar una semana de 40 horas. Los trabajadores del turno noche solo tienen una noche a la semana para ellos mismos en Kraft, donde se trabaja entre 45 y 48 horas semanales con un solo día de franco. En Stani rige el convenio Mantecol que impone 48 hs semanales y los compañeros rotan. En PepsiCo el sector expedición y mantenimiento trabaja con el turno americano. Esto sucede en casi toda la industria donde los trabajadores vivimos para trabajar. Queremos empezar a retomar las banderas históricas de nuestra clase, reivindicar a los mártires que nos precedieron por luchar por los derechos de los trabajadores que son pisoteados por esta sociedad de explotación.
Queremos un 1 de Mayo donde los trabajadores retomemos la pelea contra la superexplotación
a la que nos someten, por una semana laboral de 40 horas y con un salario igual a la
canasta familiar en el camino de ir reduciendo la jornada de trabajo, que
todos los desocupados puedan trabajar y atacar la base de la explotación que sufrimos día a día.

Tanto el gobierno de Cristina Kirchner como la oposición de los partidos patronales, acuerdan en mantener las ganancias de los empresarios a costa de que perduren las perores condiciones de trabajo, con millones de compañeros que están en negro, por agencia y terciarizados, o desocupados cobrando planes de miseria. Frente a ellos, confiamos en la fuerza de la clase trabajadora. Apoyamos a los trabajadores en lucha como los compañeros del Sindicato Ceramista de Neuquén, con Zanón a la cabeza, que hoy están luchando junto a los obreros de Stefani por mantener su fuente de trabajo y su salarios o los compañeros del Subte que están siendo atacados, incluso procesados como sucede con el compañero Néstor Segovia y todas las luchas de los trabajadores.
El llamado es para todas/os las/os trabajadores a unir fuerzas
para luchar juntos por nuestros derechos y contra los ataques patronales.

Comision Interna de Kraft Foods