Tensión gremial / Incidentes con una diplomática
Increparon a la embajadora de EE.UU. por los despidos en Kraft
Estudiantes y militantes de izquierda rechazaron su presencia en un acto, en Mendoza
Era su primera visita al interior del país. Pero no resultó en absoluto auspiciosa. Luego de su acalorado debut diplomático en la Argentina, la flamante embajadora norteamericana en Buenos Aires, Vilma Socorro Martínez, sufrió ayer en Mendoza un episodio de alta tensión: un grupo de estudiantes y militantes de agrupaciones de izquierda repudió enérgicamente su presencia en la Universidad Nacional de Cuyo (UNC), donde tenía previsto brindar una charla sobre el futuro de las relaciones bilaterales.
Con gritos, cánticos, banderas y hasta un naranjazo que explotó contra una pared del auditorio donde se encontraba Martínez, los manifestantes hicieron reclamos sobre el conflicto que mantienen los trabajadores de la empresa de capitales norteamericanos Kraft en Buenos Aires. También, en menor medida, recriminaron la política exterior de Washington, con especial énfasis en la situación de Honduras.
Los incidentes le impidieron hablar a la diplomática. La situación incomodó tanto a la embajadora como a las autoridades, entre quienes estaba el vicerrector de la UNC, Gustavo Kent, hasta tal punto que en pocos minutos abandonaron el recinto de la Facultad de Medicina, donde estaba prevista la ponencia. Martínez debió ser trasladada a una oficina privada. Minutos más tarde, los organizadores de la exposición acondicionaron otro auditorio para que la conferencia de la embajadora, con el título de "Mirando al futuro: relaciones argentino-norteamericanas en la administración Obama", pudiera realizarse. El aula donde finalmente habló la diplomática fue de menor capacidad y tuvo la entrada restringida. La charla se concretó en el salón del consejo académico, ante decanos, profesores universitarios y estudiantes norteamericanos que se encuentran en Mendoza cursando carreras en la UNC.
El episodio que vivió ayer Martínez completa un cuadro por demás peculiar en su debut diplomático: arrancó su gestión con una petición al gobierno de Cristina Kirchner para que se encontrara una "solución ordenada" al conflicto en la empresa Kraft. Llevaba menos de un mes en Buenos Aires, cuando difundió públicamente las inquietudes de Washington.
Cuando la embajada hizo saber esa preocupación, al día siguiente la Casa Rosada decidió levantar una audiencia que tenía acordada con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y hasta ayer no le había asignado nueva fecha al encuentro. La reacción de la diplomática ante los episodios fue de claro malestar. En un breve comentario, Martínez se lamentó por el incidente. "A pesar de que yo los escuché, ellos no me quisieron escuchar", dijo.
Desde la representación diplomática en Buenos Aires no quisieron abundar en la interpretación del episodio que la embajadora vivió en Mendoza. Las consultas de LA NACION con los voceros de la embajada fueron infructuosas.
Con la colaboración de Sergio Dimaría, corresponsal en Mendoza.
NOTA: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1186943
viernes, 16 de octubre de 2009
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