“Argentina es hoy un país absolutamente confiable, previsible, que se ha hecho cargo de todas sus deudas. Argentina es hoy una gran oportunidad de negocios”, dijo Cristina Fernández en Kuwait ante cientos de empresarios de ese país y de Argentina, entre los que se encontraban el vice de la UIA Federico Nicholson, Eduardo Eurnekian; Daniel Mehelm y Carlos Bulgheroni. En ese mismo momento a 13 mil kilómetros de distancia, en Buenos Aires, Carlos Tomada advertía que “la pretensión de aumentos salariales entre un 30 y un 35 por ciento no aporta a la racionalidad de la discusión paritaria” y afirmó que esa cifra “no se sostiene en nada” porque “nadie está pensando en esa dimensión”. El ministro de Trabajo traducía por estos pagos uno de los significados de la “gran oportunidad de negocios” para los capitalistas nacionales y extranjeros. A las horas se reunía con los representantes de tercerizadas del Roca para informarles que los compañeros de las empresas de “seguridad” no pasarían a planta –más de un tercio de los tercerizados de esa línea ferroviaria-, una clara exigencia de los criminales Pedraza y compañía y sus socios empresarios de la UGOFE que será enfrentada por los propios trabajadores con un corte de vías el viernes 21.
La “confiabilidad” y la “previsibilidad” para los negocios capitalistas se chocan contra una supuesta “irracionalidad” de exigir una recomposición salarial que mantenga al menos el poder de compra del salario, licuado por una inflación real que en 2010 rondó el 30% y en el caso de los alimentos superó el 40%.
Cristina volvió a afirmar en el Golfo Pérsico que el crecimiento económico argentino es el más sostenido en los 200 años de historia nacional. El pasado abril las cifras del Indec indicaban que el 30% de los trabajadores argentinos ganaba menos de 1000 pesos mensuales, la mayoría de ellos en negro. Y de la totalidad de los trabajadores registrados en blanco (6.663.732) una cuarta parte percibía menos de 1500 pesos al mes y la mitad apenas menos de 2500 pesos. Esa es la “racionalidad” de la que nos habla el progresismo kirchnerista y nos exige que acatemos.
Cuando habla Eduardo Duhalde festeja el progresismo K que en el giro a la derecha del gobierno de Cristina encuentra una razón para sentirse a la izquierda de algo. Ahora Duhalde, en su intento de postularse como “alternativa del orden” al kirchnerismo, salió a hacer nuevas declaraciones contra los sindicatos docentes, de la salud y aeronáuticos: “no pueden ser los dueños de la educación, de la salud y decidir cuándo un avión sale”. El “Momo” Venegas de la UATRE y Luis Barrionuevo lo apoyan. Pero mal que les pese a los “progres” oficialistas, en su plan de ganar electorado por derecha y luego de haber salido a apoyar la reelección de Cristina, Daniel Scioli, primero salió a manifestarse contra los piquetes y ahora salió a decir que “el orden no puede ser bandera de algunos, todos estamos de acuerdo”. Tampoco Hugo Moyano es una alternativa cualitativamente distinta a los Venegas y Barrionuevo. Que el secretario general de la central sindical diga que “no estamos en condiciones de poner techo ni piso, eso significa que cada organización gremial discute los salarios que considera de acuerdo a la evolución de la actividad” es un verdadero dislate que pone en cuestión la misma necesidad de una central: ¿Para qué existe la CGT si cada uno debe discutir por su cuenta? ¿Y los trabajadores en negro? ¿Y los desocupados? ¿Y los jubilados? Se hace evidente la necesidad de empezar a prepararse para pelear por recuperar el salario, en el camino de imponer un piso para todos y todas que equivalga a lo que hoy cuesta una canasta familiar, indexado mensualmente según el costo “de la góndola” y pelear por aumentos por gremio que no sean inferiores a la inflación real.
Entretanto las patronales agrarias dejaron de comercializar granos por siete días como parte de un “plan de lucha” para que el gobierno no imponga cupos de exportación al trigo y, de hecho, el grano se comercialice internamente a precios internacionales. Cereal cuyo precio por tonelada estaba a 157 dólares en junio y hoy se vende a casi el doble en el mercado internacional. Se abre un nuevo capítulo en la pelea por la renta agraria. Por caso, la soja, subió al récord de 525 dólares la tonelada, un precio similar al de julio de 2008, en el apogeo de la batalla de la “125”. La Mesa de Enlace va por más con un programa que, llevado hasta el final, implicaría que el precio del kilo de pan debería ser de 15 pesos cuando hoy ya se vende al doble de los “acuerdos de Moreno”: 5 pesos.
Otra muestra más de la “racionalidad” capitalista: En el mundo, una de cada seis personas padece de hambre mortal, aún y cuando en los últimos 40 años la producción de alimentos se triplicó, mientras que la población sólo se duplicó. Los vertiginosos aumentos en los precios de los cereales y las oleaginosas, elementos vitales para la humanidad, no responden directamente a “la ley de la oferta y la demanda”, sino a meras especulaciones financieras que incluye la timba de los mercados “a futuro”. La suba del precio del trigo que se daba al cierre de esta edición paradójicamente respondía a las compras que los gobiernos de Argelia, Libia y Egipto hicieron para recomponer sus reservas y abastecer la demanda doméstica luego de las rebeliones populares que se generaron por los aumentos de los precios de los alimentos en Jordania y en la misma Túnez. Los altos precios de las materias primas se expresan en un polo como acciones de las masas contra los aumentos (incluyendo el combustible y el gas, como en Bolivia y el sur de Chile) y en el otro, como es el caso de Argentina, en una nueva ronda de disputa por la creciente renta agraria. ¿Estará aplicando la Federación Agraria junto a la Rural el “Plan Agropecuario de Proyecto Sur” de Pino Solanas cuya candidatura presidencial salió a apoyar en forma “institucional”? Otra impostura del progresismo, ahora integrado por grupos que se reclaman (¿reclamaban?) trotskistas, como el MST de Vilma Ripoll.
Es a ese campo al que apuesta el grupo Clarín y sectores de las patronales para esmerilar lo más que se pueda al gobierno y lograr una segunda vuelta en las presidenciales de octubre. Hoy la representación de este sector la lleva la Mesa de Enlace de Biolcatti y Buzzi, otro “regalo” para el progresismo K que quiere recrear una mística contra una oligarquía que tan bien supo llenar sus arcas de dólares desde que asumió Néstor en 2003, con ley videlista del peón rural vigente incluida. Entretanto, por las pantallas de TN se hace el desfile de los posibles postulantes para salir segundos e ir a la segunda vuelta, y todo lo que pueda permitir sacarle algún voto a los K, por derecha o por izquierda. Sanz, Alfonsín, Pino Solanas o Carrió.
El 2011 se vislumbra como un año de disputa política electoral, cruzado por maniobras y conflictos entre los de arriba y acciones de los de abajo. Las tendencias a la emergencia de los explotados que vimos en diciembre en el parque Indoamericano y que se manifiesta en la persistente lucha de los tercerizados del Roca por su pase a planta, también se ven en distintas partes del mundo. Los trabajadores y el pueblo de Túnez vuelven a mostrarles a los escépticos cómo la determinación de las masas explotadas y oprimidas en lucha pueden acabar con gobiernos y regímenes que van en contra de sus necesidades y aspiraciones. En Bolivia un levantamiento masivo determinó que el progresista Evo Morales tuviera que echarse atrás con el aumento de los combustibles. En Punta Arenas, Chile, se sucedió una verdadera rebelión popular, que incluyó paros generales, contra el aumento del gas que decretó el gobierno del derechista Piñera, cuestión censurada por los medios patronales argentinos que solo mostraban el piquete que impedía el paso a la isla de Tierra del Fuego. Ya mencionamos la rebelión en Jordania y las medidas preventivas de los gobiernos africanos del Mediterráneo.
El PTS y su juventud se preparan para actuar en forma revolucionaria en un período convulsivo. Durante 2010 estuvimos presentes, protagonizando las principales luchas obreras, como el proceso por el 35% con los compañeros de la alimentación y el “efecto Kraft” como puntapié y contra las tercerizaciones con el gran corte de vías de julio en el Roca, que puso en el tapete la situación de millones de trabajadores. En luchas estudiantiles como las de los secundarios de Capital y Córdoba y las universitarias de Sociales y Filosofía de la UBA. Impulsando la única corriente nacional alternativa a la burocracia sindical, la del sindicalismo de base y sus encuentros, con sus principales referentes como Claudio Dellecarbonara del Subte, Javier Hermosilla de Kraft, Alejandro López y Raúl Godoy de Zanon. Este fue el único sector del movimiento obrero que se solidarizó activamente con los miles de compañeras y compañeros que tomaron el Indoamericano para bregar por un techo, como tuvieron que reflejarlo todos los medios, mientras el progresismo y algunos partidos de izquierda apostaban a las “negociaciones” con Macri y Aníbal Fernández. Frente a las perspectivas abiertas, la derechización del gobierno, la debilidad estructural de un régimen sin alternativas potables para recrearse y la tendencia a la irrupción de los explotados por sus derechos, se hace necesario fortalecer una alternativa política revolucionaria. El PTS y su juventud apuestan a ello, invitando a sumarse a esta faena a todas y todos los que no se conforman con migajas y son conscientes que el régimen burgués, a la primera de cambio, volcará sus crisis sobre las mayorías obreras y populares.
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