Fecha: Lunes 8 de abril de 2013(08/04/2013) Otra vez, el pueblo trabajador sufre decenas de muertos y enormes pérdidas materiales, con barrios enteros sin luz ni agua. Esta catástrofe social nada tiene de "natural": sus responsables son los gobiernos de Cristina Kirchner, de Scioli y Macri (junto a intendentes como Bruera de La Plata). No sólo incumplieron con obras tan anunciadas como necesarias, para evitar las inundaciones y estas muertes. Además, actuaron con inoperancia, desidia y desprecio por la vida. En la Plata donde el PJ gobierna desde hace 26 años, dejaron que la gente fuera arrasada por el agua toda una noche, lo que provocó la mayor parte de los muertos. Sólo existió en ese momento la autoorganización de los vecinos. Después de diez años del llamado "modelo", la infraestructura social, habitacional y sanitaria del país está en ruinas. Los recursos necesarios para esas obras han sido desviados a los privatizadores, banqueros y grandes capitalistas, a expensas de la vida de los trabajadores y el pueblo pobre. La "obra pública" de Kirchner, Macri y Scioli favorece a proyectos como Puerto Madero, canchas de tenis internacionales o rutas para los barrios privados. Lo mismo vale para el ´socialista´ Binner en Rosario, otro paraíso de la especulación inmobiliaria. En cambio, el ajuste y los recortes se aplican al presupuesto para vivienda popular, para obras que evitarían las inundaciones o construir cloacas. Las megatorres de lujo y shoppings (como el DOT) saturan servicios esenciales, entre ellos los desagües. Pero también se han devorado los espacios verdes (Tecnópolis), convirtiendo al suelo en un verdadero tapón. A su vez, la carestía del metro cuadrado hizo que crezcan las villas y asentamientos en terrenos inundables y construcciones precarias, empujando a miles a "vivir" hacinados a la vera de arroyos y ríos. Estos mismos gobiernos rescatan con fondos públicos a privatizadas como Edenor, Edesur o Edelap -que hace años dejan sin luz a miles de vecinos-; a las telefónicas -que suspendieron el servicio en plena tragedia-, o a Metrovías, a quien Macri le renovó la concesión, la misma que se lleva subsidios millonarios y volvió a cobrarse otra muerte obrera por falta de seguridad laboral. Asambleas y un programa para impulsar una salida Mientras los gobiernos y funcionarios de los gobiernos patronales daban su ausente sin aviso, surgió una enorme solidaridad obrera y popular. La bronca y la indignación se hicieron ver en los repudios a los funcionarios que se asomaron por los barrios, comenzando por la propia presidenta. Por su parte, crece la organización de los afectados, a través de las asambleas populares. El mismo días en que se daba a conocer el número de muertos, el gobierno destinaba al pago de la deuda una suma veinte veces superior a la ayuda directa que prometió a los inundados. La mayor parte de esa supuesta asistencia es a través de créditos, no de resarcimientos directos. De ese modo, el Estado, responsable del desastre, no indemniza a los afectados, sino que los carga con el peso de otra deuda. Mientras tanto, se producen aumentos siderales de productos esenciales (agua, velas, lavandina), ante la completa impotencia oficial. Desde el Frente de Izquierda llamamos a la más amplia solidaridad con los afectados, la que ya hemos puesto en marcha en todos nuestros locales y organizaciones sociales, políticas y sindicales donde participan nuestros partidos. Llamamos a hacer colectas solidarias en los lugares de trabajo, estudio y barrios. Al desastre provocado por los gobiernos del capital y sus partidos, le oponemos un programa opuesto al que ofrecen los políticos patronales: 1.- Resarcimiento sin condiciones a todos los afectados por la inundación, con la sóla comprobación del domicilio. Que se reparen todos los daños en sus viviendas, electrodomésticos, autos y muebles. Que las patronales paguen los días no trabajados a los trabajadores afectados. 2. Eximición del pago de todos los impuestos a los afectados, hasta que se repare todo lo perdido. Imposición a los grandes empresarios, laboratorios, centros comerciales e hipermercados a que entreguen alimentos, colchones, medicamentos y demás artículos necesarios. 3.- Que se declare la emergencia nacional, comenzando por la inmediata suspensión de los pagos de la usuraria deuda externa, los subsidios a las privatizadas y demás capitalistas, y la imposición de un impuesto especial al gran capital y a la gran propiedad urbana y rural. Por un plan de obras públicas, saneamiento, prevención de inundaciones y cloacas bajo control de trabajadores y organizaciones barriales, empadronando y asegurando trabajo con convenio a los desocupados. 4. Por un plan de viviendas populares y espacios verdes públicos controlado y administrado por las organizaciones barriales y sindicales. Por un plan urbano que sustraiga el suelo y el espacio público a la voracidad de los monopolios inmobiliarios, y los coloque en función de las necesidades del pueblo trabajador. 5. Juicio y castigo para todos los políticos y funcionarios responsables de tantas muertes y daños evitables. Llamamos a todas las organizaciones sindicales y estudiantiles a tomar en sus manos la solidaridad con los inundados, y a impulsar la autoorganización de los vecinos del pueblo trabajador, contra la manipulación de los punteros de los gobiernos de turno. Llamamos a reforzar la lucha por una alternativa política de izquierda y de los trabajadores, contra los gobiernos y partidos que han provocado esta catástrofe social. Frente de Izquierda y de los TrabajadoresPartido Obrero - Partido de los Trabajadores Socialistas - Izquierda Socialista |
martes, 9 de abril de 2013
El Frente de Izquierda ante la catástrofe de las inundaciones
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