Nota de La Verdad Obrera nro 372
Por: Ruth Werner
“No existen diferencias entre los sectores sindicales cuando están en juego los intereses de la clase trabajadora” proclamaba Hugo Yasky de la CTA. Hugo Moyano le respondía: “vamos a luchar juntos cada vez que sea necesario”. La novedad es que los dos Hugos se abrazaron en la tribuna de un acto en Córdoba por los procesados de Luz y Fuerza el pasado 21 de abril. “Con la unidad seremos invencibles” afirmó Moyano. El dirigente de la CTA ya había compartido, días atrás, el palco con Julio Piumato de la CGT en la marcha en defensa de la Ley de Medios oficialista.
Cuando Yasky y Moyano hablan de que “no existen diferencias” porque “están en juego” los “intereses de la clase trabajadora” no se refieren a que ambas centrales estén por convocar a un paro por aumento salarial ante las paritarias en curso. Si no ¿por qué no convocan a medidas de fuerza nacionales para apoyar a los trabajadores en lucha de la alimentación, o a los docentes neuquinos? A los que luchan, los dejan solos.
La excepción confirma la regla. Hace unas semanas las cúpulas de la CGT y la CTA amenazaron con hacer una caravana conjunta por los trabajadores de prensa despedidos por el grupo multimedia de Vila-Manzano en Rosario. Antes de concretarla fueron reincorporados. Es una muestra del peso que tienen los sindicatos y los trabajadores, pero también que en manos de estos dirigentes sólo convocan cuando se trata de una causa favorable al gobierno, como en este caso, contra un grupo multimedia. ¿Cuánto más se podría haber logrado en las paritarias si hubieran convocado a millones a una medida unificada para lograr un aumento salarial, para que se acabe el trabajo en negro o se efectivice a los contratados?
Qué unidad necesitamos
La fragmentación de la fuerza obrera lleva a que la mitad de los asalariados en blanco ganen menos de $ 2.000, y tres millones de trabajadores cobran en mano salarios menores a los mil pesos mensuales. Los llaman milpesistas y la mayoría son subocupados. El salario igual a la canasta familiar, por las 8 horas de trabajo, se impone como reclamo para acabar con esta situación. Hoy, mientras millones trabajan más de 12 horas para poder llegar a fin de mes, más del 10% de la fuerza laboral está desocupada obligada a depender de la asistencia estatal para poder sobrevivir, sin que los sindicatos les den una solución. La primera medida para unir las filas obreras apunta entonces a una cuestión elemental: Hay que pelear para que se reparta todo el trabajo existente entre todas las manos disponibles para incorporar a todos los desocupados a la producción. Así todos podríamos trabajar no más de 8 horas diarias y no más de 40 horas semanales.
Entre los trabajadores rurales, los textiles, o en la construcción, se encuentra la mayoría de los trabajadores en negro. Sin estabilidad laboral, ni derecho a obra social ni jubilación, encima cobrando la mitad de lo que reciben los trabajadores en blanco. Para unir las filas obreras hay que luchar por la eliminación lisa y llana del trabajo en negro, y el blanqueo para todos los trabajadores. La tercerización laboral sigue siendo moneda corriente. El ejemplo de los ferroviarios del ex Gral. Roca lo dice todo. 1500 de sus trabajadores, un cuarto del total cobra la mitad que el resto de sus compañeros ferroviarios, por estar bajo el convenio de Comercio o de la UOCRA. Algo similar sucede en las reparticiones públicas, donde además de UPCN de la CGT tiene peso ATE de la CTA. Miles de compañeros que trabajan en la limpieza están contratados por empresas tercerizadas con peores sueldos y condiciones laborales que cualquier empleado público. Hay que luchar porque pasen al mejor convenio con plenos e iguales derechos.
Otra de las “ventajas” con que cuenta la patronal –y el mismo Estado- para presionar a la baja el salario y tener “trabajadores descartables” es la contratación flexible. Los estatales correntinos denuncian: “abundan las figuras de contratados, monotributistas (o facturero), contratado por arancelamiento, trabajador por Plan Nacer” mientras que “el 52% de los trabajadores no cuentan con obra social”. La tarea planteada es la lucha por la efectivización inmediata de todos los trabajadores contratados.
Tanto los dirigentes burocráticos de la CGT como de la CTA han contribuido a que disminuya la fortaleza de la organización obrera. Han sido campeones en vaciar los sindicatos de afiliados. La CTA cuenta con varios movimientos sociales pero los desempleados sólo pueden afiliarse de manera individual a la Central y no se permite que se organicen junto a los trabajadores de los gremios para luchar en común. En los sindicatos de la CGT tampoco entran los que tienen “contrato eventual”.
Con estos dirigentes, el cuadro de situación es que más de la mitad de la fuerza laboral de la Argentina trabajadora permanece sin plenos derechos laborales, y sólo un cuarto tiene alguna afiliación gremial. Estas demandas son inseparables de la lucha por recuperar los sindicatos de manos de los dirigentes burocráticos y construir oposiciones clasistas que se propongan que las organizaciones obreras, las comisiones internas y los cuerpos de delegados, representen a todos los trabajadores.
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Por una alternativa independiente en la CTA
La creciente “unidad de acción” entre la cúpula de la CGT y la CTA significa un intento de avance del sector pro gubernamental de Yasky contra el ala de Víctor De Gennaro que se alinea con la centroizquierda de Proyecto Sur, de Pino Solanas y Claudio Lozano, funcional a los intereses del llamado Grupo A de la oposición parlamentaria.
En la CTA se venía dando una especie de “estatus quo”. El sector de Yasky, que no tomaba ninguna medida que pudiera “molestar” al gobierno, desde el conflicto agrario fue compartiendo, crecientemente, escenarios junto al oficialismo y la CGT. El ala de De Gennaro, tampoco hacía olas para evitar que se parta la Central. La resultante para los dos gremios pilares de la CTA, ATE (De Gennaro) y CTERA (Yasky) ha sido el abandono de los docentes que terminaron peleando aislados por su salario en las provincias, y ninguna lucha nacional que pueda ser considerada seria por el sueldo de los estatales. La situación se tensa ante la cercanía de las elecciones de la Central, en septiembre. La izquierda y todos los sectores combativos de la CTA tenemos que levantan una alternativa independiente a estas dos alas burocráticas, ligadas a uno y otro bando patronal.
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La democracia sindical y el sindicalismo de base
La llegada a Buenos Aires – la primera semana de mayo – de una misión de la Organización Internacional del Trabajo, ha despertado distintas reacciones en despachos de gerentes, funcionarios y burócratas sindicales.
por Lucho Aguilar
El diario de Daniel Hadad, empresario mediático aliado del gobierno, anticipa el panorama: “ante la multiplicación de delegados rebeldes, los líderes empresariales ven con mejores ojos a la CGT. Por ello, cuando la OIT visite el país la semana próxima, le solicitarán que ponga un límite a esta situación y mantenga el modelo sindical vigente. Los industriales saben que un fenómeno nuevo y “preocupante” está surgiendo en el seno de sus empresas (...) después de los conflictos del año pasado, en el que los trabajadores de Kraft y el subte realizaron enérgicas medidas de fuerza sin el aval de la CGT”.
El representante de la UIA y la COPAL, Daniel Funes de Rioja, adelanta que “cuando venga la OIT le vamos a solicitar que haya un número máximo de representantes gremiales. Hay más delegados que trabajadores”. Funes de Rioja miente. La burocracia sindical no sólo se ha convertido en la mayoría de los casos en socia de los negocios patronales, sino que en muchos otros directamente ha huido de los lugares de trabajo. Hoy más del 80 % de las empresas no tienen representación gremial.
Lo que Funes de Rioja padece por estas épocas en realidad es otro fenómeno, que tampoco tiene que ver con la existencia de una ‘central alternativa’, como se autodefine la CTA. Lo que han expresado los compañeros de Kraft o el subte -como advierten los voceros patronales- es una tendencia constante entre los trabajadores a elegir delegados de base, independientes, para enfrentar no sólo la prepotencia de los capitalistas en el lugar de trabajo, sino también la complicidad de la burocracia sindical.
La CTA y la personería: ¿en qué quedamos?
Ante la llegada de la misión, la CGT ha optado por dejar marcada la cancha, en defensa de su monopolio de la representación sindical. Hoy, según datos oficiales, más de la mitad de los 2.820 sindicatos existentes no posee personería gremial.
La CTA propone realizar radios abiertas y movilizar “por la libertad y la democracia sindical”. HugoYasky se conforma con que la visita de la OIT dé como resultado “un proyecto de ley que pueda poner en sintonía lo que resolvió la Corte Suprema, con la legislación actual, lo cual sería un paso muy grande, porque más allá del pedido de personería gremial, específicamente lo que habría que resolver es otorgarle paridad de derechos, tal cual lo plantea la OIT, a los trabajadores que están en organizaciones con personería y a los que están en organizaciones sin personería. Con lo cual, el tema, en sí mismo, de la personería, pasaría a ser una cuestión simbólica, abstracta”. ¿En qué quedamos?
El reclamo del subte y las conquistas de los delegados
Los trabajadores del subte discuten, ante el próximo plenario de delegados, medidas de lucha para realizar en medio de la llegada de la misión de la OIT, para exigir el reconocimiento inmediato de su sindicato simplemente inscripto, independiente, basado en el cuerpo de delegados de las seis líneas.
Es que ha sido el carácter antiburocrático de esta experiencia, la que ha permitido reunir las fuerzas para enfrentar a Metrovías y lograr las conquistas de estos últimos años. Romper el techo salarial impuesto por la CGT, las 6 horas de trabajo, la estabilidad para todos los trabajadores y el fin de las tercerizadas: todo hubiera sido imposible bajo la tutela de la UTA.
Así como para la burocracia la “defensa del modelo sindical vigente” implica la perpetuación de sus privilegios, para las patronales significa la defensa de sus propias conquistas. El mismo Infobae se queja de “las dificultades que los directivos encuentran a la hora de entablar negociaciones con dichas organizaciones”, al referirse a los ‘delegados rebeldes’. Es que la respuesta de los delegados de base ha sido opuesta a la de la burocracia. Como dijo Hernán Puddu, uno de estos compañeros, “los clasistas no firmamos los despidos, ni de efectivos ni de contratados, los clasistas defendemos a los trabajadores en negro”. Por defender esa posición de clase elemental, Puddu ha sido expulsado por el SMATA cordobés.
La unidad de las filas obreras -el rechazo de la división y jerarquía de derechos entre efectivos, contratados y ‘en negro’- es una de las banderas que estos nuevos delegados han buscado retomar, contra el sentido común que defienden los empresarios y las cúpulas sindicales.
En Kraft la lucha contra los despidos del año pasado había sido precedida por la puesta en pie de un cuerpo de delegados por sector. Fueron esos verdaderos combates “por la democracia y la libertad sindical” los que permitieron foguear una nueva comisión interna que hoy dirige la fábrica y forma una oposición antiburocrática junto a Pepsico, delegados de Stani y otras fábricas del gremio.
Por la defensa y la coordinación del sindicalismo de base
En este 1° de Mayo, la verdadera lucha por la democracia sindical tiene que partir de la defensa de las organizaciones que están siendo atacadas.
Impulsemos una campaña por el reconocimiento del sindicato de trabajadores del subte, en defensa del cuerpo de delegados de Kraft-Terrabusi y de los delegados del neumático del SUTNA-San Fernando, perseguidos por la patronal de FATE. Del sindicato de ajeros mendocinos, los autoconvocados de la salud tucumanos, los delegados del SMATA Córdoba y la UOM Campana hoy expulsados por la burocracia. En defensa de la Junta Interna del Indec acosada por la intervención kirchnerista y la patota de UPCN, y los delegados de Contaduría y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires despedidos por Macri. De los activistas de las tercerizadas del Ferrocarril Roca y Telefónica perseguidos por su actividad gremial.
En el encuentro obrero organizado en la Zona Norte del Gran Buenos Aires por la interna de Kraft, Pepsico, los ceramistas de Zanon y los delegados integrantes del Plenario de Trabajadores Clasistas, se propuso la conformación de una coordinadora regional, basada en las propias organizaciones de lucha y con la participación del activismo de la zona. Tomemos este ejemplo. Si el nuevo sindicato del subte, las seccionales ferroviarias antiburocráticas, junto a otras comisiones internas y delegados combativos de todo el país, se suman a esta apasionante e imperiosa tarea, será posible extender una coordinadora nacional que sume a las distintas expresiones del sindicalismo de base, para organizar la lucha por la elección de delegados con plenos derechos, en todos los lugares de trabajo y por la recuperación de los sindicatos de la CGT y la CTA para ponerlos en pie de lucha.
www.pts.org.ar
viernes, 30 de abril de 2010
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