Por: Manolo Romano
El PTS convoca, junto a decenas de organizaciones del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, a marchar este 24 de marzo a Plaza de Mayo para desenmascarar el gran engaño del “gobierno de los derechos humanos”.
Queremos llamar la atención sobre lo que está sucediendo ante el silencio de las corporaciones mediáticas y, por supuesto, con la complacencia de la derecha que pide “orden”. Desde la creación del nuevo Ministerio de Seguridad intentan imponer una política cada vez más persecutoria contra los que luchan. Mientras declaman que “no vamos a aplicar una política de mano dura que quiere la derecha” se incrementan las causas judiciales y procesamientos por cortes de calles, rutas y piquetes de huelga, es decir contra los métodos de lucha y acción directa de los trabajadores y el pueblo. Mientras tanto, los “progresistas” pro-gubernamentales que, dicen, “apoyan lo bueno del gobierno”, no parecen dispuestos ni siquiera a “criticar lo malo”, que nunca se sabe dónde está.
En Río Gallegos, donde se los conoce a los Kirchner, un dicho popular da en el clavo cuando dice que “hablan como el Che Guevara en Buenos Aires, pero son Fulgencio Batista en Santa Cruz”. La aparición de Ramón Saadi en los festejos del triunfo K en Catamarca, y su posterior defensa por parte de la gobernadora electa Lucía Corpacci en pos de un “peronismo unido”, les da la razón a los santacruceños.
Mientras Cristina se mostró en el acto de Huracán con un perfil de centroizquierda, escondiendo lo más posible del palco al pejotismo y la burocracia sindical, “impresentables” para atraer el voto de los sectores medios que le posibiliten ganar en primera vuelta, los armados electorales en las provincias, empezando por Córdoba, Santa Fe y, por supuesto, la propia provincia de Buenos Aires con Scioli a la cabeza, y toda la “gobernabilidad” peronista se sustentan en el viejo aparato político, en caudillos “feudales” y en la corrupta cúpula sindical. Hasta el mismísimo Luis Barrionuevo, el hombre de Duhalde, puso fichas a ganador en Catamarca colocando hombres suyos en puestos del Frente para la Victoria, al mismo tiempo que presentó para el disimulo una lista testimonial encabezada por su hermana. Las apelaciones simbólicas al “camporismo” y la izquierda peronista que el kirchnerismo desplegó en el acto de Huracán, funciona para encubrir a la derecha peronista que se alinea detrás de la figura presidencial en ascenso, a tal punto que lo que se llamó “peronismo federal” está completamente vaciado y sin rumbo.
Esta operación de encubrimiento fue expresada en el propio discurso de Cristina, como ya lo hiciera el año pasado en el acto de lanzamiento de la juventud K en el Luna Park. La presidenta sostuvo en el acto de Huracán que los jóvenes ya no necesitan rebelarse, a diferencia de los años 70, cuando “se incorporaban a luchar contra algo porque había algo que los oprimía: o era el yugo colonial o eran las dictaduras las que no dejaban expresarse al pueblo”. ¿Se puede decir semejante burrada cuando millones de la oprimida juventud árabe se levanta contra los dictadores del Magreb, sostenidos por los imperialistas yanquis y europeos?
La hipocresía es tal que CFK hace “desaparecer” a Mariano Ferreyra y a los jóvenes asesinados en Soldati que, según ella, no luchaban contra nada. La realidad es que a la juventud trabajadora y estudiantil que se rebela, cuando no se los mata, les tiran con el Código Penal por la cabeza. Como a los dirigentes obreros de Kraft y Pepsico, enfrentados a Daer, reprimidos por la policía bonaerense y luego encausados por cortar la Panamericana en defensa de los puestos de trabajo y los derechos sindicales contra “el yugo colonial” que multinacionales yanquis pretenden imponer en las fábricas. O los dirigentes universitarios de la juventud del PTS acusados penalmente por cortar calles en su apoyo que, wikileaks mediante, se hizo público que son espiados atentamente por la embajada norteamericana que, como se sabe, ya no oprime más a nadie.
La intención del discurso kirchnerista, de expresar una y otra vez su arrepentimiento por “lo equivocados que estábamos en los 70”, es mostrarse confiable para el establishment que está ganando con los K como nunca antes. ¡Justo cuando se está por cumplir un nuevo aniversario del golpe genocida que promovió ese mismo establishment patronal! Es también el derrotero de los “setentistas” de Brasil (cierto que con más suerte para los del PT en captar la credibilidad de la clase dominante): la presidenta Dilma Rouseff, que supo militar en organizaciones guerrilleras, recibe con todos los honores la visita de Barack Obama y busca cerrar un acuerdo para reequipar su fuerza aérea con armamento norteamericano. Ahora, para la juventud, dice Cristina, pagar la deuda externa, y con ello generar más deuda externa hipotecando a las próximas generaciones, debe ser entendido como una causa “nacional y popular” y, por lo tanto, un Ministro de Economía como Amado Boudou, formado en la juventud neoliberal de los 90, está tan dentro del “proyecto” como el desempleado que recibe 180 pesos por hijo o el joven arribista de La Cámpora que pasó “de canillita a campeón” con un sueldo de 20 a 30 mil pesos como funcionario.
Nosotros marcharemos este 24 de marzo con otro ejemplo de militancia como estandarte. Como mostramos en estas páginas, nuestro compañero Polo Denaday, joven abogado de Zanon y el sindicato ceramista, trágicamente fallecido, fue homenajeado en Neuquén por cientos de obreros y estudiantes, dirigentes de la clase trabajadora y organismos de derechos humanos de todo el país, en un reconocimiento inapelable a la militancia revolucionaria.
viernes, 18 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario