Una puja que desafía el modelo sindical y reconstruye las relaciones laborales
El caso Kraft muestra las carencias de la representación sindical tradicional y alimenta la acción de nuevos actores sociales. Las empresas advierten sobre los peligros de tener que negociar con múltiples interlocutores
ELIZABETH PEGER Buenos Aires ()
La disputa gremial en la empresa Kraft Foods se convirtió en un gran dolor de cabeza para el matrimonio Kirchner como manifestación de un proceso de creciente conflictividad laboral que desborda el cerrojo político consagrado por la alianza estratégica con Hugo Moyano. Pero, más allá de los efectos políticos, el conflicto representa un fuerte desafío a la dinámica de las relaciones laborales y alimenta los fantasmas empresarios de un escenario dominado por múltiples interlocutores sindicales.
Para los principales actores del mundo del trabajo, tanto funcionarios, como empresarios y dirigentes sindicales, el trasfondo del caso Kraft patentiza la profundización de viejas carencias del modelo de sindicato único y expresa los esfuerzos más radicales de quienes, desde una concepción alternativa basada en la representación directa, pugnan por heredar el poder de ser la voz de los trabajadores. Constituye, en esa visión, la confirmación de las especulaciones que se tejieron tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia que puso en jaque el monopolio sindical de los gremios tradicionales y alentó los movimientos por consolidar esquemas de representación alternativos puertas adentro de las empresas.
“Kraft es la evidencia más concreta de una lucha por el poder sindical que preanuncia costos terribles para las empresas”, advirtió con preocupación el directivo de una importante compañía. Esa ecuación se sustancia en la idea de que un escenario de negociación con representación sindical múltiple eleva los costos de información y previsibilidad que se presuponen en una discusión con un solo interlocutor válido.
El proceso, en la opinión empresaria, se realimenta a medida que la pelea intrasindical gana en protagonismo social. En las principales cámaras empresarias como en la propia CGT admiten que tras el fallo de la Corte se consolidó un movimiento “hormiga” de irrupción de comisiones internas y cuerpos de delegados en las que conviven diferentes expresiones ideológicas y sociales y un único denominador común: el profundo cuestionamiento a la representación hegemónica de los sindicatos tradicionales. El caso de Kraft, donde coexisten delegados del sindicato de actividad con militantes de diversas corrientes de izquierda y hasta simpatizantes evangelistas con gran predicamento entre los trabajadores, es un ejemplo que se repite en otras compañías del rubro industrial y se expande a actividades de servicios como subterráneos y bancarios y a ramas de producción como los petroleros.
Desde los sectores sindicales enfrentados a la estructura de la CGT se entusiasman con los efectos que el conflicto en la alimenticia de capitales norteamericanos podría generar en el mediano plazo, como la posibilidad de un crecimiento en la cantidad de trabajadores sindicalizados. Los últimos datos relevados en 2006 por las autoridades laborales consignaron que en promedio solo en el 12,7% de las empresas existe representación sindical en el lugar de trabajo y que la presencia de comisiones internas alcanza a menos de la mitad de las compañías con más de 200 trabajadores.
El temor por una multiplicación de esquemas alternativos de representación disidentes de su liderazgo sindical fue, junto con los pedidos de Néstor Kirchner para tranquilizar la protesta en las calles, las razones que forzaron a Moyano a intervenir en el conflicto, después de que inicialmente había repudiado la acción de los delegados por entender que respondían a intereses de la ultraizquierda. Dentro de la central obrera admiten que la preocupación del camionero se sustenta, además, en los datos de un informe reservado que circula en ámbitos gremiales y que advierte sobre un aumento exponencial de los conflictos entre sindicatos de actividad y comisiones internas para el próximo año. Sospechan, cerca de Moyano, que se trata de un escenario alentado por el fallo de la Corte y la inacción del Gobierno frente al reclamo de personería gremial de la CTA y la reformulación del marco normativo que regula el modelo sindical.
nota: http://www.cronista.com/notas/206731-una-puja-que-desafia-el-modelo-sindical-y-reconstruye-las-relaciones-laborales-
sábado, 10 de octubre de 2009
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