martes, 8 de septiembre de 2009

DIARIO CRITICA - Terrabusi: toman la planta de Pacheco


CRITICA

El país / Edición Impresa

exigen la reincorporación de 164 trabajadores

Terrabusi: toman la planta de Pacheco

La policía intentó impedir el ingreso con balas de goma y gases lacrimógenos. El saldo de los incidentes fue de tres heridos. El juez desconoció haber dado la orden de reprimir. Denuncian que la empresa Kraft Food no respeta la conciliación obligatoria.


Martina Noailles
08.09.2009

Trabajadores. Hasta anoche permanecían en asamblea y rechazan una extensión de la conciliación.


El conflicto laboral en la ex Terrabusi se regó de balas de gomas, palazos y gases lacrimógenos. La represión de la policía bonaerense ocurrió a primera hora de la mañana cuando decenas de trabajadores despedidos intentaron entrar a la planta de General Pacheco en cumplimiento de la conciliación obligatoria dispuesta por el Ministerio de Trabajo. Tras la violenta acción, que dejó tres heridos de bala de goma, un grupo de obreros logró ingresar a la fábrica, donde anoche permanecían en asamblea. Desde el 18 de agosto pasado los trabajadores de la ahora Kraft Food reclaman la reincorporación de 164 cesanteados.

A las 6 en punto de la mañana, cuando la insistente lluvia impedía que la noche se haga día, el primer turno de trabajadores de Kraft se encontró con una fábrica convertida en fortín. Al menos doscientos policías se repartían delante y detrás de los alambres de púa que rodean la planta desde hace días. Camiones hidrantes y varios carros azules completaban el escenario que minutos después se cubrió de humo.

Según relataron los miembros de la comisión interna, la empresa habilitó el ingreso de todos los trabajadores menos de los despedidos. Sin embargo, un grupo se juntó y logró entrar. Fue allí donde comenzó a actuar la policía con los primeros balazos de goma lanzados al aire. Rápidamente, los disparos apuntaron al cuerpo y se sumaron los gases y los palazos. Dos trabajadores y un familiar quedaron heridos con esquirlas de goma en sus rostros y piernas.

“Nosotros queremos que nos reincorporen para volver a trabajar. La compañía no respeta la conciliación obligatoria que dictó el Ministerio y nos reprime”, explicó Ramón Bogado, uno de los delegados cesanteados. La versión de la empresa es distinta. En un comunicado dijeron que la presencia policial en la fábrica se debió a “órdenes emanadas de la Justicia, para proteger al personal del accionar violento y delictivo de este minoritario grupo de despedidos y así permitir que el establecimiento retome su normal funcionamiento”.

Sin embargo, el juez Ricardo José Costa, del Juzgado de Garantías Nº 1 de San Isidro, confirmó a los abogados de los organismos de derechos humanos que llegaron al lugar que él no dio ninguna orden a la policía. Por eso, suponen que la decisión partió de la fiscal Laura Capra, sobre quien recae un pedido de recusación firmado, entre otros, por el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel.

Ya entrada la tarde, una delegación de trabajadores se presentó en el Ministerio de Trabajo para volver a reclamar su intervención. Allí los atendió el subsecretario de Relaciones de Trabajo, Álvaro Ruiz, quien les ofreció extender la conciliación obligatoria –la tercera dictada por esa cartera e incumplida por la empresa–, pero con los despedidos fuera de la planta. Esa propuesta habría sido rechazada esta noche en una asamblea que analizaba los pasos a seguir.

A pesar de las balas y los gases, Rodolfo Daer, el líder del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) no visitó la planta. En declaraciones a Crítica de la Argentina repudió la represión, se desligó de las decisiones de la asamblea de trabajadores e, incluso, coincidió con la decisión de la compañía en pedir que se dicte asueto. “El gremio está presente pero no compartimos la metodología de la comisión interna. Los extremos son funcionales y esto ya superó lo laboral. Nosotros no rompemos alambrados ni saltamos cercos”, señaló el sindicalista lejos de Panamericana y Henry Ford, donde continúa apostada la Infantería.

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